"Teje cantos, cuentos, castillos de arena, estrellas y soles y la luna llena. Mamá es tantas cosas... esconde universos"
Mariana Ruiz Johnson
¿Qué sería de nosotros sin las canciones de cuna de mamá?¿Y sin las historias que nos contaba papá antes de ir a dormir? Desde antes de nacer "leemos", primero sonidos (sin asignarles significado), luego también gestos, hasta interpretar la palabra. Son la voz de nuestra madre, su sonrisa, las canciones de cuna, las historias de papá aquellos puentes que nos dejan caminar hacia otros mundos.
Podemos preguntarnos entonces, ¿cuándo aprende un niño a leer? Según Yolanda Reyes el aprendizaje de la lectura se da en forma de continuum desde que en niño está dentro de la panza de su madre. Las investigadoras Karmiloff sostienen que "el mundo del feto está inundado por una cacofonía de gorjeos y quejidos procedentes del cuerpo de la madre, junto con el ritmo constante de sus latidos. Estos ruidos proporcionan la primera estimulación auditiva. Sin embargo, lo más estimulante de todo son los sonidos filtrados del lenguaje". Si bien el feto no puede entender esos sonidos a partir del sexto mes de gestación ya procesa estos sonidos lingüísticos. Se familiariza con la voz de la madre y su lengua materna.
Ya en el último trimestre de vida intrauterina el bebé responde con su propio estilo a los estímulos que le llegan del mundo exterior y reconoce las propiedades rítmicas del habla de la madre. Es este el primer paso en el vínculo comunicativo entre madre e hijo, mamá significa mucho más que "casa mullida y andante"... El bebé reconoce su voz, con ella se siente seguro.
Los primeros días fuera de la panza de la madre son para el bebé muy traumáticos. Sin embargo, es aquella voz la que lo calma, la melodía que ya conoce, su madre. Ahora el bebé descubre que puede llamar la atención de su madre a través del llanto, puede pedirle que lo meza con sus palabras y canciones de cuna. El niño ya "lee" los gestos de su madre y las melodías que lo tranquilizan.
Por eso, hablale siempre a tu bebé, cantale, tejé historias para él.
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